Apuntar antes de disparar / Trajes a medida o talla única para todos /palos de ciego que pueden matar
Tras años trabajando con muchas empresas en su seguridad vial, haciendo trajes a medida y, también, recibiendo solicitudes de saldos de talla única, nos hemos planteado: Cuando hablamos de gestión de la seguridad vial, ¿hay dos cabezas que entiendan lo mismo?
Carretera, coche, conductor. Tantas veces hemos hecho este triángulo, luego completado con factores que influyen en todos ellos como las tecnologías para la seguridad, la normativa, la organización del trabajo, etc. Pero al final… todo confluye y se resume en una persona, con su cabeza, su corazón y una mochila llena de sus circunstancias, su historia, sus aprendizajes, sus emociones… tomando 60 decisiones al minuto, cada una de las cuales, si el contexto acompaña, puede resultar en un error fatal. Sabemos qué factores influyen en esa toma de decisiones, incluyendo los relacionados con la empresa, con la sociedad y con el funcionamiento psico-bio-emocional del ser humano, entonces, ¿cuáles de esos factores se tienen en cuenta, y cómo, al gestionar la seguridad vial en las Compañías?
Un dato relevante es el primer paso que suelen dar las empresas que empiezan a interesarse en gestionar la seguridad vial, y porqué eligen ese inicio y no otro… y la efectividad de ese primer paso. Pues bien, antes de la crisis económica que acabamos de remontar, la respuesta era clara: el primer paso era la formación. Cualquier tipo de formación: la más barata, la más de moda, la más divertida… incluso a veces la más adecuada para la mejora de comportamientos en general. Una formación que en la mayoría de los casos, hasta hace poco, no iba acompañada de ninguna gestión más allá.
Durante la crisis, había menos dinero, con que había que afinar más el tiro para no desperdiciar artillería… y comenzaron las evaluaciones de los puestos… y de los conductores.
¿Hasta qué punto puede ser importante conocer a mis conductores para trazar mi gestión desde la base?
Esta es la pregunta que nos ha llevado a hacer un estudio comparativo breve de las distintas empresas que han realizado el CERCO (Cuestionario de Evaluación de Riesgos del Conductor), cruzando sus resultados en la prueba con su cultura de seguridad vial y los distintos tipos de formaciones, y estas son algunas de las conclusiones que hemos podido sacar:
Las mejores puntuaciones en conocimiento y percepción de los riesgos, la obtienen las empresas que han realizado de forma periódica, consistente y extendida formación e conducción preventiva, con prácticas individuales personalizadas en calle, con una diferencia hasta del 43%.
Cuanto más estricto es el nivel de prohibición de uso de móvil al volante, menor es el riesgo asociado a distractores, hasta un 26%.
El control de rutas, distancias y tiempos de conducción con GPS tiene una traducción directa en la reducción del riesgo asociado al cansancio (23%), que también se ve muy disminuido con políticas estrictas de horas máximas de trabajo (18%).
Las empresas que solamente realizan formación en circuito, sin formación práctica en conducción preventiva por calle, presentan un riesgo mucho mayor asociado a la velocidad (15%)
El riesgo del cansancio, cuando no está controlado drásticamente con medidas de empresa, no siempre está relacionado con el tipo de trabajo ni organización del mismo, sino también a características sociodemográficas de los conductores.
En cuanto al riesgo emocional, es alto siempre, da igual el tipo de empresa y de conductores.
El alcohol es un riesgo bastante controlado en general por las empresas, aunque sigue estando presente en este contexto laboral y sorprende, o no, que quien lo presenta más alto sea una empresa de producción de bebidas alcohólicas.
Las empresas que llevan a cabo una gestión de la seguridad vial seria, basada en la gestión de comportamientos e integrada en la gestión general de la seguridad y del trabajo, tienen los niveles de riesgo global más bajos (30%)
Las empresas que se limitan a ofrecer formaciones en circuitos son las que presentan niveles de riesgo global mayores (25%)
La cultura general de seguridad de la empresa no tiene una asociación directa o proporcional con la gestión de seguridad vial, que muchas veces es la gran olvidada. Aunque cuando esta es adecuada, la cultura de seguridad de la empresa sí se ve notable y positivamente incrementada.
En definitiva, la percepción del riesgo y de sus comportamientos menos seguros varía de un conductor a otro, y esta diferencia está íntimamente relacionada con el tipo de gestión de la seguridad vial que realiza la empresa.
Al igual que cuando encaramos otros riesgos, la evaluación inicial de la situación y la identificación de los comportamientos y creencias de riesgo es básica para que la gestión sea eficaz y completa, y parte de esta evaluación pasa ineludiblemente por conocer a cada uno de nuestros conductores. Abarcar de una vez esta evaluación de forma individual y práctica ya es algo que muchas empresas han entendido que es rentable y necesario para una planificación lógica de nuestras acciones preventivas, políticas y normativa interna, y para la posterior formación de los conductores, que resulta más eficaz cuanto más orientada está a trabajar los comportamientos seguros en el día a día, y no en situaciones límite. Entonces, ¿cuál será tu siguiente paso?